Tuesday, September 02, 2008


¿Me violento o me veo lento?

“Por muy pacíficas que sean o vayan a ser nuestras manifestaciones,
hemos de contar con que se les opone la violencia de las instituciones”.
(Herbert Marcuse)


by Condenarro


No podemos decir que la violencia se ha puesto de moda en México; lo que si podemos y debemos señalar es que se ha posicionado de nuestros pensamientos y la realidad es que hasta duelen. Duelen los secuestros, los asesinatos, incluyendo los de sicarios y policías corruptos, más aún los de las miles de víctimas cuyos casos duermen el sueño de los justos… incompetentes que su apatía por funcionar en lugar de servirse del público resulta en un acto aún más violento para los deudos. Por eso fue la marcha… al menos eso creemos o creímos.
La real academia de la lengua española la define así: Violencia (Del lat. violentĭa): 1. f. Cualidad de violento; 2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse; 3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder; 4. f. Acción de violar a una mujer.
Ahora bien, la violencia que vivimos en México no se centra única y exclusivamente a la física y a la que la impunidad refleja. La violencia en contra del ciudadano la padecemos diariamente, la vivimos y sufrimos segundo a segundo, tanto por quienes se dicen los portadores de las soluciones sociales a nuestros problemas, llámense funcionarios o servidores públicos que a decir verdad y violentamente lo evidencian en lugar de servicio van hacer vicio a sus oficinas pagadas por sus víctimas. ¡Marchamos!, ¿marchistas o marchantes?
Es un acto de violencia encender el televisor y ver las noticias, en cualesquier canal de cualesquier cadena. Todas son malas noticias y dependiendo el locutor es el grado de gravedad de la misma noticia de violencia cotidiana. Más violento lo que podemos sacar en conclusión con la no actuación de nuestros “horrorables” procuradores e impartidotes de justicia. No sólo en el ámbito judicial, por mencionar los poderes en que se divide el régimen bajo el cual tratamos de vivir o sobrevivir.
Es violento tener un congreso de la unión en total desunión. Por una parte aprueban la ley antitabaco, pero no señalan o brindan facilidades para los fumadores, a quienes primero se encaminaron al cancerígeno ejercicio “social” y ahora no le permiten echarse un tequilita o un brandy o de perdida una cañita –no es energético fósil, conste- sin su complemento humeante, o mínimo cumplir con el requisito de “después de un buen taco, un buen tabaco”; aprueban la legislación del aborto, en lo particular creo buena medida legal, pero dejan de lado las modificaciones a legislación bien definida en torno a la impartición de justicia; dejan océanos legales en torno a la integración de averiguaciones previas; dan margen, por la falta de recursos legales a manejos “curiositos” de la jurisprudencia en contra del que meno$ tiene.
Detienen una reforma energética necesaria, y no digamos si la de uno u otro partido es la mejor, tampoco se presentan propuestas dignas de aprobarse, o tal vez si las hay, pero el ciudadano común y corriente no conoce ni conocerá, pero regularán su petróleo, gas y en general energía que se genera en territorio nacional. Pero eso sí, se aprueba un nuevo formato para que el Presidente “Coladerón” rinda su informe anual de gobierno. Un formato mediante el cual el Sr. Se presenta “apantalla”(dor) en cadena nacional, o encadenando a sus connacionales, y les explica que todo lo que se está haciendo es lo mejor que se puede hacer. El informe, como serie televisiva narrada, nos lo dejó ir en cinco cómodos capítulos, violentamente diplomático, sin derecho a réplica, ni siquiera del peje, que ni con un rayito de esperanza se presentó en la marcha “Iluminemos México”.
Es violento para todos los que en este país vivimos que este mes lo llamemos el mes patrio. Los términos patriotismo y nacionalismo por parte de funcionarios, de todos los niveles insultan nuestra inteligencia, más cuando el primero está lleno de estadísticas y el segundo de gentilicios. La Independencia, aclaman ¡¿Cuál?!
Es tal la violencia que vivimos cada mañana, que no podemos salir de casa sin una mentadita al espejo, para ir “carburando”, ya la TV nos aventó el primer” trancazo”; el segundo vendrá antes del primer semáforo y así seguiremos el resto del día. Lo que sí podemos afirmar, que en mayor o menor medida: la violencia si es democrática en toda la extensión de la palabra. Igual se da en Los Pinos que en Tepito; En el Pedregal que en las invasiones oficiales; entre taxistas y transportistas como entre coyotes del muelle o playa; entre perredistas, hacia el interior y hacia “juera” también. Sin verme muy violento, sólo porque me acordé de Gandhi, no me queda más que reiterarme y retirarme de la paciencia de la-el pobre lector(a) y víctima de mi violenta disertación como un simple, violentado y pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia derivada de una marcha por haber “marchado” lenta, pero constantemente.
“Son tan insensatos los hombres que una violencia respetada acaba por parecerles un derecho”. (Claude Adrien Helvétius)
condenarro@yahoo.com, condenarro@hotmail.com

1 comment:

Mal bicho said...

A los gobiernos no les interesa la ausencia de violencia, eso tapa muchos escándalos.
Tanto es así que desde los medios de comunicacíon se nos "educa" en la cultura del miedo, ofreciendonos cada vez mas noticias sobre asesinatos, catastrofes, accidentes, etc.
Al final lo que buscan unos y otros es manipularnos para ser lo que quieren que seamos, ciudadanos tontos e influenciables.