Los Bienes para ¿los malos?“Lo malo cuando se finge bueno, es pésimo”.
( Sir Francis Bacon)by condenarro
El dicho popular de “los bienes son para remediar los males” no resulta del todo correcto, al menos para el mexicano y muestras de ello podemos encontrar si hurgamos un poco en su historia. Al menos de la conquista para acá, aún cuando la historia que nos cuenta Salvador de Madariaga en “Corazón de Piedra Verde” o incluso Miguel León Portilla en “La Visión de los Vencidos” podemos encontrar algunos pasajes donde los bienes no remediaron los males de quienes los tenían, sino las ambiciones de los malos que parecen buenos. Finalmente, la chamuscada de pies que le dieron a Cuauhtémoc, el original no el líder espiritual del PRD y el “jurgolista”, no lo salvaron de ningún mal y todos los bienes se “jueron” a la madre… España.
Desde entonces los bienes naturales, o mejor conocidos como recursos naturales, tanto renovables como no renovables han sido objeto de invasiones de un sinfín de formas, desde la física y por la fuerza, hasta la moral, religiosa, psicológica, de presión política, de poder y de podere$. Los Aztecas invadieron a los Texcucanos y vecinos, por ejemplo, así podemos seguir con muchas culturas o civilizaciones precolombinas. Después los españoles a los “salvajes del nuevo mundo”; después llegaron los franceses los ingleses, Alemanes y etc. Una vez se dio la independencia que creemos que tenemos. Las invasiones y procuración de los bienes de México a favor de los malos que parecen buenos siempre ha existido y en un mundo globalizado el mudo grita sordo.
Con el petróleo así nos sucedía hasta la llegada de Lázaro Cárdenas. Después y con base en la Constitución el Petróleo y todos los minerales que se encuentren en el subsuelo mexicano es de los mexicanos, pero como los bienes son para remediar los males siempre quedan en manos de los malos. Muchos de ellos también mexicanos. Con la reforma petrolera o energética, donde el ganador se declara perdedor y viceversa, los que realmente no sabemos si ganamos o perdimos y que ganamos y que perdimos somos los supuestos dueños de esos bienes nacionales que debemos pagar para usar. Y eso nada más de los energéticos, ya no digamos los minerales, el agua, los bosques decretados monumentos naturales, las playas, los bienes nacionales como, en nuestro caso muchas playas que no son privadas, sólo nos privan de ellas de alguna manera.
En BCS, Los Cabos para ser un poco más concretos, las playas que por ley son de todos y por ende decir públicas sería pleonasmo, cada vez son menos accesibles para sus dueños, tal vez no tanto por las cercas, portones y guardias que ponen en sus caminos de accesos o servidumbres de paso, según se denominan en la Ley General de Bienes Nacionales, también por las dificultades que, cumpliendo con el mandato de que las playas son públicas, tenemos para llegar a ellas. “Ahí están, son de todos, llega como puedas”.
En Cabo san Lucas tenemos un caso muy peculiar sobre un Bien Nacional, comprobado que es de la Nación, con documentos y todo, que se trajo el Comité Pro-defensa de Los Monumentos Históricos de Los Cabos, es el muy sonado desde hace años, el Faro de Cabo Falso o Faro Viejo, como lo conocemos quienes tenemos viviendo en Los Cabos al menos seis años, desde que, con eso de la filmación de la película épica Troya quedó cerrado el acceso a dicho inmueble que a estas fechas ya cuenta con 103 años de edad desde que aventó su primer haz de luz.
Mucho se ha escrito del inmueble y las “obras de restauración” que amablemente se ofreció a realizar el principal inversionista de Grupo Pueblo Bonito y que hay por hoy desarrolla Quvira en las inmediaciones de El Faro y sus 17 Has., comprobadas por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, mediante escritura pública N° 39 con fecha del 24 de octubre de 1908, folio real 4664 del 21 de julio de 1981 y cédula COPBCS000498.
Lo cierto y legal que dicta la Ley general de Bienes Nacionales, es que el inmueble y el predio circundante es de todos los mexicanos, a pesar del desplegado de prensa que se publicó en medios locales donde el Sr. Ernesto Coppel Kelly reclama la posesión del predio; asume que está abandonado y que por lo tanto él, generosamente se hará cargo. ¡Gracias por su preocupación y altruismo!, pero el inmueble sigue siendo patrimonio nacional bajo el resguardo de la SCT, la servidumbre de paso, que existe desde el inicio de su construcción en los tiempos de Porfirio Díaz, debe ser eso, servidumbre de paso y de uso público, sin restricciones bajo ninguna justificación. En breve se dará a conocer toda la documentación. El Sr. Empresario, que lo es y muy bueno y con mucha visión, tiene todo el derecho de desarrollar sus tierras, no las mías las tuyas y de aquel, sólo las propias. Sí, es mexicano por lo tanto también dueño del inmueble, pero eso no obsta para que conste ni consta para que obste. El progreso y el desarrollo son imparables en Los Cabos gracias a sus inversiones y el riesgo que ellas conllevan. Meritorio y plausible siempre y cuando se respete el derecho ajeno. El Faro, con perdón y sin permiso no necesita luz para brillar.
Sin afán de tomarnos nada personal, sería buena idea que lo del Cesar regrese al Cesar, en tanto eso sucede o, como en ocasiones se hace costumbre y sin caer en contrafactualidades, es decir si no hubiera ya hubiera, yo seguiré sin poder tener acceso a una o varias de todas mis propiedades compartidas con otros 120 millones de paisanos a más de seguir siendo un pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que los malos nos hacen al quedarse con los bienes.
“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. (Edmund Burke)
“A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad”. (Oscar Wilde)
condenarro@yahoo.com, condenarro@hotmail.com
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