Wednesday, March 26, 2008



¿Quien sostiene el desarrollo sustentable?
*Sustentabilidad para el desarrollo ¿humano o urbano?

“Lo único natural tanto al hombre como al
comportamiento del ser humano es ser innatural”.
(Ashley Montago)



by Condenarro


Tal pareciera que el ser humano no lleva muy buena relación con su entrono natural. Cada generación, cada avance científico, cada descubrimiento de la historia natural y los posibles beneficios que este traiga para el progreso de la raza humana es inversamente proporcional al mantenimiento y conservación del planeta que tanto se presume y se exige en documentos, cumbres internacionales, acuerdos que se olvidan y, sobre todo, ante la inminente influencia del gran poderoso poder del dinero sobre todas las cosas… algo naturalmente humano.
Ya en la década de los 70’s del S. XX se hablaba en foros internacionales, con algo de quórum, sobre las necesidades básicas del planeta para conservar las riquezas naturales no renovables, en aquellos años, lo renovable no tenía caso que fuera causal de preocupación, sin embargo, la realidad actual dice todo lo contrario. En los 80’s se iniciaron los movimientos mundiales en busca de mejorar la calidad y conservación del planeta, se creo el concepto de “Desarrollo Sostenible –hoy sustentable-” hubo la Cumbre de la tierra celebrada en Río de Janeiro, etc. Años después la cumbre de Kyoto de la cual los resultados, al igual que muchas acciones donde los intereses económicos son superiores al interés natural en relación, valga la redundancia, la conservación de la naturaleza que, directamente aún cuando no lo parezca o lo disimule el poder muy bien, nos da la oportunidad de seguir viviendo y “progresando”. Se define “Desarrollo Sustentable”, como concepto internacionalmente reconocido y aceptado de forma oficial como: “el desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades” (Reporte Brundtland).
Millones de personas se pronuncian diariamente por establecer estrategias de conservación, de unirse a las campañas y acciones en materia de no sólo establecer estrategias y acciones directas en el sentido de iniciar, real y permanentemente con la preocupación de proteger nuestras riquezas naturales, renovables y, principalmente las no renovables. Los ejemplos de que estas estrategias, pese a la preocupación real de los más y la preocupación oficial de los menos, de quienes ven el progreso el mejor camino para elevar la calidad de vida del humano, sin poner en consideración, u omitiendo esta pequeña observación, el daño que repercute en el planeta y por ende en la calidad de vida que se transforma en un real problema para generaciones futuras, ya no a tan lejano plazo.
En el particular caso que nos puede preocupar, en primera instancia y de forma inmediata, es lo que sucede y seguirá sucediendo en Baja California Sur, se aprecia ya en Cabo San Lucas, se aprecia en san José del Cabo, aparecen brotes en Cabo del Este (La Ribera, Buenavista, Los Barriles, Bahía de Sueños –antes bahía de muertos-, etc.), el crecimiento en infraestructura turística es infrenable, por ende la deforestación, el uso del elemento vital de todo ser viviente, el agua potable, del que no abunda en BCS, se agota; no se presentan alternativas viables a corto plazo para resolver el inconveniente, en tanto siguen importando mano de obra que requiere del vital líquido, de espacios para vivir, para educar a sus familias, de basureros, hospitales, parques, alimentación, transporte, independientemente del modus vivendi que requerirán a corto, mediano y largo plazo para mantener una calidad de vida digna y con futuro.
Desarrollo Sustentable, en sentido común, inquiere que los poderosos inversionistas no sólo perciban el beneficio inmediato, es decir el económico. Este, haciendo una analogía con la pesca deportiva, sufre lo que pasa con la NOM 029, se legaliza la depredación de su propio ingreso económico por falta de visión o por la prisa de tenerlo todo antes de que se acabe y luego no haya más y, por lo tanto pierda su valor. No habiendo oferta, se acaba la demanda, han de saber. Acabando con las bellezas y riquezas naturales, no hay atracción turística. Tan fácil.
La industria turística, al menos una de todas las que se desarrollan en el orbe, tiene la capacidad y versatilidad de encontrar las alternativas de crear espacios y opciones de desarrollo económico de forma sustentable, es decir, respetando a nuestra principal materia prima… El Planeta. Si cuidamos nuestra casa, nuestra casa nos protege.
Agua no hay, pero hay alternativas de desalinización, bajo reservas y considerando la sobreexplotación; somos los mayores, o los únicos seres vivos que generamos desperdicios, también somos los únicos con la capacidad de reciclarlos, cuesta, pero ¿no vale lo que cuesta acaso? ¿Qué precio le ponemos a nuestro futuro, al de nuestros hijos?
El Plan de desarrollo urbano vigente en Los Cabos está lleno de buenas intenciones, pero: ¿de realidades? ¿De acciones viables y redituables?, esta es la primera pregunta que hará el inversionista al arriesgar el dinero que la madre naturaleza le ha brindado, directa o indirectamente.
El desarrollo sustentable parte de una base simple, tan sencilla que cualquier niño de primaria la sabe, sin embargo es tan compleja que cualquier urbanista, economista, sociólogo u otro profesional con postgrado quedará en ascuas y pedirá un año sabático para estudiar las alternativas viables… mediante módica beca. En tanto, para que el dinero no se detenga, pues es pérdida, seguirán “desarrollando” y sosteniendo sus fortunas. Obvia decir que yo me sostendré como un pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que el no reciclar, aunque fueran las ideas me provoca el precio del progreso.
“El hombre no es más que una caña, el ser más débil de la naturaleza. Pero es una caña que piensa”. (Blaise Pascal)
condenarro@yahoo.com