La terrible y triste historia de la globalización y su desalmada humanidad.
“la humanidad existe porque a alguien se le ocurrió alguna vez transgredir una norma, cuestionar un mandato, desconfiar de una palabra, y desobedecer una regla… (Jorge Bucay)
By Condenarro
Globalización (Diccionario Chicho): un chino mexicano que vive en New York, viste camisas de seda italiana, pantalón de cashimire inglés, tenis Niké, sombrero panamá, perfume Klavin Clain, maneja un Mercedes Benz, se cuelga plata de Taxco con diamantes sudafricanos y oro australiano, tiene un tatuaje de la suástica en el hombro derecho y a la virgen en el izquierdo, la hoz y el martillo en el antebrazo y el yin yan en el omóplato, paga con euros o american expres, lo busca la DEA, Chavez y la PGR y para aliviarse la gripa toma te de eucalipto
La globalización es un tema que se ha discutido mucho en las últimas décadas. Ha originado disturbios, incluso muertes. Se dice que es efecto o consecuencia de la modernidad, de los avances de la ciencia y tecnología, de los grandes capitales, de la necesidad de convivencia internacional, de la sed de poder. En fin, podríamos encontrar muchas razones para que la globalización se de o deje de darse. Bueno, no puede dejar de darse pues históricamente hablando la globalización del planeta incluyendo el cambio climático es el mismo humano.
Mario Margulis, del Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, escribe un ensayo sobre el tema titulado: “Globalización y cultura” (Http://www.fsoc.uba.ar/Publicaciones/Sociedad/Soci09/marculis.html), en su texto nos compenetra en la historia de la globalización, que viene de la mano con la evolución y revolución que el humano, como tal –lo digo así para no ofender a la fauna terrestre-, ha ocasionado en el planeta. La Globalización propiamente dicha se origina desde la primera invasión o, en su caso, despojo del terreno donde habitaba un grupo (comunidad, tribu o lo que fuera) a otro, por el simple hecho de ser más grande, poderoso o tener más “borregos” –sin ofensa a las ovejas- que le hicieran caso a uno en particular. En resumen, la globalización se da, por naturaleza humana, solamente humana, por la envidia y el poder del hombre sobre el hombre.
A lo largo de la historia; las guerras, los conflictos, las modificaciones a las fronteras entre países, reinos o como quiera llamársele son parte de la globalización. Antes la fuerza física y numérica fue la herramienta precisa, ahora es preciso tener, a más de ello, mucho dinero y manipulación de la información, impresa, escuchada, televisada o digitalizada, todo se vale.
El primer ruso astronauta que viajó al espacio dijo “es curioso, de aquí arriba no se ven las fronteras”. Podríamos decir que fue el primer globalifóbico o, en el mejor de los casos, visionario de una convivencia global.
Cierto también es que un efecto globalizador del humano es el cambio climático… global. En la revista “Letras Libres”, en su edición de junio del presente años, plantean realidades climatológicas y los efectos de la actividad cotidiana humana. Se describe el descubrimiento de esta realidad, de sus efectos, de sus posibles soluciones, parciales pues no es reversible y la realidad en torno a no llevar a cabo las sugerencias -“la mejor manera de acabar con una idea es llevarla a la práctica” (Augusto Monterroso)-, debido a los mercados e intereses sociopolíticos y económicos que ello representarían.
Una realidad con respecto a la globalización se puede identificar con “el crimen organizado”. El chino más famoso del mundo, incluso que Mao es un claro ejemplo. De hecho, es esta actividad, pese a sus efectos violentos y estrategias para terminar con ella, la que persiste… los gobiernos van y vienen… ¿forman parte?, ¿están en nómina?
Ahora, veamos la globalización en que cae Los Cabos. Vivimos en un destino turístico cosmopolita. No sólo vivimos en él gente que venimos de todas partes del país. Tenemos vecinos chinos, japoneses, gringos, canadienses, franceses, alemanes, ingleses, israelíes, iraníes, indos, etc. Contamos con inversiones de todas partes del mundo. Música de todos los géneros; cocina internacional; hasta venta y renta de autos americanos, asiáticos y europeos. Incluso tenemos estilos arquitectónicos con influencias del mundo. Señalar el origen de los visitantes es irrelevante, basta ver las banderas en los hoteles.
El planeta es globalmente elíptico… y humano, por lo tanto más político que social.
Una vez expuesto lo anterior, no veo el motivo de ser globalifóbico, es tanto como ser antihumano. Si bien yo he dicho, y lo sostengo, que el ser humano no es garantía, no tenemos opción, debemos vivir con ello y con nosotros, es decir, con la globalización. Así las cosas que mejor de sobrellevarlas de la mejor manera y reiterarnos, pese a las diferencias sociopolíticas mundiales, que seguirán pese a… y por nosotros mismos, como simples y pobres locos peligrosos irreverentes, irrelevantes, irremediables pero irresistibles y reales prófugos de la injusticia y que la globalización, sin gas, nos eleve y nos mantenga en levitación perenne.
“Ya desde sus comienzos estuvo estrechamente vinculado con el colonialismos y, desde el siglo XIX, el imperialismo pertenece a sus características estructurales decisivas. ¿Es entonces la “globalización” algo más que un concepto de moda, es decir, se trata de una categoría histórico-analítica?” (Joachim Hirsch)
…"un complejo juego de fuerzas actuando en diferentes niveles de la realidad, en los ámbitos local, nacional, regional y mundial"